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Autismo y cannabinoides
Autismo y cannabinoides
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una afección del desarrollo cerebral que afecta a la forma en que las personas procesan la información, interactúan con los demás y aprenden. Se caracteriza por dos áreas principales de dificultad, una relativa a la comunicación social, como establecer contacto visual, comprender el lenguaje corporal, mantener conversaciones o expresar emociones, y la otra relacionada con un número restringido de intereses y la presencia de comportamientos repetitivos, ya que las personas con TEA pueden tener un interés intenso por temas específicos, realizar movimientos repetitivos (a menudo denominados estimulación) o tener una fuerte necesidad de rutina.
Los efectos del TEA pueden variar mucho, ya que algunos individuos pueden tener una discapacidad intelectual importante y necesitar mucho apoyo de los cuidadores, mientras que otros pueden tener una inteligencia normal y vivir de forma independiente. Junto con el TEA pueden manifestarse otras afecciones, como ansiedad, epilepsia o problemas de sueño.
Los síntomas del TEA suelen aparecer en los tres primeros años de vida, y los niños son más propensos a padecerlo que las niñas. Hay dos tipos principales de TEA:
- TEA idiopático: Este es el tipo más común, sin causa conocida.
- TEA sindrómico: Este tipo está causado por una afección genética específica, como el síndrome de Down o el síndrome X frágil.
Farmacocinética del cannabis
En la actualidad, la clasificación de los medicamentos basados en el cannabis es relativa al contenido de los dos cannabinoides más importantes y más estudiados, el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD).
Aunque tanto el THC como el CBD pertenecen al grupo de cannabinoides naturales de la planta de cannabis, sus efectos sobre el sistema endocannabinoide (SCE), así como sus dianas moleculares, son muy diferentes. El THC es un potente agonista ortostérico (se une al sitio de unión natural del ligando endógeno) para los receptores cannabinoides CB1 y CB2, puede tener efectos tanto agonistas como antagonistas, dependiendo del tipo de célula y de la expresión del receptor. Por el contrario, el CBD tiene múltiples dianas moleculares y actúa como un agonista negativo, ya que se une al mismo sitio receptor que un agonista, pero en lugar de activarlo, en realidad reduce la actividad de los receptores cannabinoides en comparación con su estado natural. Por ello, se ha planteado la hipótesis de que la adición de CBD al THC no sólo puede potenciar los efectos clínicos del THC, sino también reducir los efectos secundarios comunes, como somnolencia, fatiga, mareos y sequedad de boca; los efectos psicológicos, como la ansiedad, así como los efectos psicoactivos y cognitivos, dependen del desarrollo de tolerancia.
En cuanto a la dosis Generalmente se recomienda empezar con una dosis baja de alrededor de 2,5mg de THC para la mayoría de los productos orales de cannabis. Esto se aplica a una variedad de usos. La dosis diaria típica de THC, ya sea de THC puro o de extractos de cannabis, suele oscilar entre 10 y 20mg. En cuanto al CBD, las investigaciones actuales sugieren que altas dosis orales pueden ser eficaces para varias afecciones, incluida la epilepsia infantil grave. Por ejemplo, los estudios muestran que los niños pueden necesitar entre 10 y 50mg/kg de CBD al día, mientras que los adultos pueden necesitar más de 400mg/día.
En el caso de los pacientes con TEA, los estudios apuntan al potencial de los cannabinoides en el tratamiento de los problemas de conducta, incluidos los ataques de ira, la impulsividad y la agresividad. Dos estudios investigaron el uso del cannabidiol (CBD) para los problemas de conducta en niños y adolescentes, un estudio retrospectivo de 60 pacientes examinó un extracto de cannabis de espectro completo con predominio de CBD (relación CBD:THC de 20:1 a 6:1). La dosis media diaria fue de 3,8 mg/kg/día de CBD y 0,29 mg/kg/día de THC. Este tratamiento mostró una mejoría en los "arrebatos conductuales", observándose efectos más intensos con dosis más altas de THC. En otro estudio prospectivo, no controlado a efectos comparativos, en el que participaron 53 pacientes, se investigó el CBD puro. La dosis media diaria fue de 90 mg (con un rango de 45-143 mg). En este estudio se observó una mejoría de varios síntomas conductuales, como los arrebatos de ira, las conductas autolesivas (autoagresión), la hiperactividad, los problemas de sueño y la ansiedad. Otro ensayo corroboró estos resultados. En este estudio participaron 60 niños con trastorno del espectro autista (TEA) y se investigaron los efectos de un extracto de cannabis rico en CBD. El extracto tenía una concentración de 0,5% de CBD (5mg/mL) y una proporción de 9:1 de CBD:THC. Tras el tratamiento, el estudio demostró mejoras significativas en varias áreas, como la interacción social, la ansiedad y la concentración. La dosis diaria del extracto oscilaba entre 6 y 70 gotas.
Cómo puede ayudar el cannabis
El TEA presenta muchos déficits neuroconductuales, a saber, plasticidad sináptica, disfunción inmunitaria y alteraciones metabólicas, todos los cuales pueden ser modulados por el sistema endocannabinoide (EC).
Como se ha mencionado anteriormente, el sistema CE ejerce sus efectos a través de múltiples receptores y canales, entre los que destacan los receptores cannabinoides CB1 y CB2 acoplados a proteínas G (GPCR). El receptor cannabinoide 1 (CB1) se localiza principalmente en las neuronas presinápticas que utilizan el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA) como neurotransmisores. La activación de CB1 en estas interneuronas conduce a la liberación de glutamato a pesar de un efecto inhibidor general sobre la transmisión sináptica. En cambio, los receptores CB2 se encuentran predominantemente en las células inmunitarias, pero también se expresan en diversos tejidos periféricos como la glándula suprarrenal, el corazón, los pulmones, los huesos y el páncreas. Curiosamente, se han identificado receptores CB2 en la microglía y los astrocitos del sistema nervioso central. Esta expresión podría ser crucial para comprender los mecanismos subyacentes a la neuroinflamación relacionada con el TEA. Podría significar una tendencia hacia un estado proinflamatorio tanto en el sistema nervioso como en la periferia dentro del sistema inmunitario de los individuos con TEA. Esta hipótesis está respaldada por estudios recientes que demuestran una activación microglial prominente y niveles elevados de citoquinas y quimioquinas inflamatorias en el tejido cerebral y el líquido cefalorraquídeo de pacientes con TEA.
El sistema de CE en el cerebro es complejo y también lo es su cascada de señalización, tiene un papel vital en el neurodesarrollo y se activa en condiciones de estrés. Además, los CE son moduladores clave de la función sináptica, que se ve alterada en el TEA. Los estudios demuestran que el polimorfismo de los receptores CB1 afecta negativamente al procesamiento de la recompensa social en el TEA, y las pruebas realizadas con la cepa de ratones BTBR T+ Itpr3tf/J (BTBR), que imitan el TEA, muestran que el aumento de cannabinoides endógenos como el araquidonilglicerol (AEA) en los receptores CB1 mejora el deterioro social relacionado con el TEA, al tiempo que reduce los comportamientos repetitivos y disminuye la irritabilidad.
Las investigaciones sugieren que el cannabis y los cannabinoides son prometedores como futuros enfoques terapéuticos para los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA). Pueden aliviar una amplia gama de problemas, como la automutilación, los arrebatos de ira, la hiperactividad, los problemas de sueño, la ansiedad, la inquietud, la agitación psicomotriz, la irritabilidad, la agresividad y las sensibilidades sensoriales. Además, el cannabis y los cannabinoides pueden mejorar la función cognitiva, la capacidad de atención, la interacción social, las habilidades lingüísticas, la perseverancia y el estado de ánimo de las personas con TEA.
Referencias
1. Müller-Vahl, K. R. (2024). Cannabinoids in the Treatment of Selected Mental Illnesses: Practical Approach and Overview of the Literature. Pharmacopsychiatry, 57(02), 81-87. doi: 10.1055/a-2256-0098
2. Wong, S. C., Gupta, A., & Licamele, C. (2021). Potential of cannabinoids as treatments for autism spectrum disorders. Life Sciences, 284, 119922. doi: 10.1016/j.lfs.2021.119922
3. Silva, A. P. C., & Moraes, Â. P. (2021). Cannabis and cannabinoid use in autism spectrum disorder: a systematic review. Trends in Psychiatry and Psychotherapy, 45(3), 237-248. doi: 10.5935/2176-6868.20210032
4. Carbone, E., Manduca, A., Cacchione, C., Vicari, S., & Trezza, V. (2020). Healing autism spectrum disorder with cannabinoids: a neuroinflammatory story. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 115, 130-144. doi: 10.1016/j.neubiorev.2020.12.009
5. Silva-Amaral, D. C., & Zuardi, A. W. (2019). Cannabidiol para el tratamiento del trastorno del espectro autista: ¿esperanza o exageración? Frontiers in Psychiatry, 10, 888. doi: 10.3389/fpsyt.2019.00888
Ensayos clínicos
Efectos del cannabis medicinal en niños con trastorno del espectro autista (TEA)
https://clinicaltrials.gov/study/NCT05212493?cond=Autism%20Spectrum%20Disorder&intr=Cannabis&rank=1
Evaluación de la eficacia de NTI164 en jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA)
https://clinicaltrials.gov/study/NCT05626959?cond=Autism%20Spectrum%20Disorder&intr=Cannabis&rank=3
Seguridad y eficacia del extracto oral de planta de cannabis medicinal de espectro completo en niños con trastorno del espectro autista.
https://clinicaltrials.gov/study/NCT05516407?cond=Autism%20Spectrum%20Disorder&intr=Cannabis&rank=4
Estudio farmacocinético (PK) y farmacodinámico (PD) de productos específicos de Ilera (Ilera)
https://clinicaltrials.gov/study/NCT03886753?cond=Autism%20Spectrum%20Disorder&intr=Cannabis&rank=5