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Trastornos bipolares e investigación sobre el cannabis medicinal
Las fluctuaciones del estado de ánimo son habituales en la vida cotidiana, así como una reacción natural ante acontecimientos agradables o estresantes. Sin embargo, las variaciones extremas que provocan malestar psicológico y alteraciones del comportamiento pueden ser síntomas de un trastorno afectivo subyacente.
Los trastornos afectivos, también conocidos como trastornos del estado de ánimo, son un conjunto de enfermedades psiquiátricas caracterizadas por cambios significativos del estado de ánimo, que van desde periodos de ánimo elevado (hipomanía o manía) hasta episodios depresivos. Forman un grupo de afecciones relacionadas, que incluyen las fluctuaciones normales del estado de ánimo que experimenta todo el mundo, la ciclotimia -una forma leve de trastorno del estado de ánimo definida por cambios frecuentes del estado de ánimo que van desde síntomas hipomaníacos (sensación de energía, locuacidad) a síntomas depresivos leves- y las formas más conocidas de trastorno bipolar, es decir, los trastornos bipolares I y II, caracterizados por episodios diferenciados de manía/hipomanía total y depresión grave que afectan significativamente a la vida diaria. Además, un hallazgo común a todos los estudios de personas con trastornos bipolares es la temprana edad de inicio, ya que más del 70% de los individuos manifiestan síntomas antes de los 25 años.
El trastorno bipolar I está muy correlacionado genéticamente con la esquizofrenia y se define por periodos (episodios maníacos) de gran energía o actividad, a menudo acompañados de desinhibición extrema, irritabilidad, menor necesidad de dormir, así como un sentido inflado de autoimportancia, confianza y locuacidad. En el 75% de los episodios maníacos aparecen síntomas psicóticos, a menudo acompañados de alucinaciones y delirios, y algunos casos graves requieren hospitalización.
El trastorno bipolar II es una enfermedad mental correlacionada genéticamente con el trastorno depresivo mayor y caracterizada por ciclos entre la depresión y la hipomanía, una forma más leve de manía que la observada en los pacientes bipolares I. La hipomanía también implica periodos de estado de ánimo elevado, aumento de la energía e incremento de la actividad, pero en menor grado y no lo suficientemente graves como para causar trastornos sociales o laborales significativos. La característica que define al trastorno bipolar II es la aparición de al menos un episodio hipomaníaco alternado con episodios depresivos graves. Aunque se trata de una forma más leve de TB, presenta una mayor prevalencia a lo largo de la vida (0,4-1,1%) en comparación con el trastorno bipolar I, así como un mayor riesgo de suicidio.
Trastornos bipolares y cannabis
Los trastornos mentales, incluidos los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la esquizofrenia, representan un importante problema de salud pública que afecta a un gran porcentaje de la población mundial. Se cree que una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales influye en la aparición y progresión de estos trastornos. Sin embargo, la fisiopatología sigue siendo compleja y aún no se comprende del todo.
Los tratamientos farmacológicos actuales incluyen antidepresivos, benzodiacepinas y antipsicóticos. Sin embargo, algunos pacientes no consiguen un alivio completo de los síntomas. Esto subraya la gran necesidad de desarrollar tratamientos alternativos o complementarios. Una hipótesis emergente se centra en el sistema endocannabinoide (SCE), una red de moléculas producidas de forma natural por el organismo que desempeña un papel crucial en la regulación de funciones como las emociones, las respuestas al estrés y la cognición; también hay cada vez más pruebas de que este sistema podría ser disfuncional en personas con enfermedades mentales.
La planta de cannabis tiene una larga historia de uso con fines medicinales, las personas a menudo reportan el uso de cannabis para automedicarse los síntomas como la ansiedad, la depresión y la manía, este enfoque, sin embargo, no está exenta de inconvenientes, ya que algunos estudios han demostrado una relación entre el consumo excesivo de cannabis y el desarrollo de condiciones de salud mental, especialmente en individuos predispuestos a la psicosis o trastornos del estado de ánimo, pero ya que la planta de cannabis contiene alrededor de 540 sustancias químicas, la causa de los efectos nocivos no está clara, ya que puede ser debido a la simple utilización de extractos de cannabis de la planta entera para el tratamiento.
El sistema endocannabinoide (SCE)
El cuerpo humano posee varios sistemas reguladores internos, uno de los cuales es el sistema endocannabinoide (SCE). Esta red de mensajeros, conocidos como endocannabinoides, interactúa con receptores específicos en todo el cuerpo e influye en una amplia gama de funciones fisiológicas.
Los componentes clave del ECS son:
Receptores de cannabinoides: Estructuras proteicas incrustadas en las membranas celulares que actúan como estaciones de acoplamiento para las moléculas de cannabinoides. Los dos tipos principales son:
Receptor CB1: Localizado principalmente en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso periférico, influye en funciones como la memoria, el estado de ánimo, la percepción del dolor, el movimiento y el apetito.
Receptor CB2: Se encuentra predominantemente en el sistema inmunitario y en los tejidos periféricos, desempeña un papel en la inflamación, la salud ósea y la función intestinal.
Endocannabinoides: Moléculas cannabinoides producidas de forma natural por el organismo. Los dos principales son:
Anandamida (AEA): A menudo apodada la "molécula de la felicidad", influye en el estado de ánimo, la memoria y la percepción del dolor.
2-Araquidonilglicerol (2-AG): Interviene en la regulación del dolor, el control del apetito y la inflamación.
- Enzimas: Estas moléculas descomponen los endocannabinoides después de que ejerzan sus efectos, asegurando que el sistema mantenga un estado equilibrado.
El sistema endocannabinoide desempeña un papel crucial en la regulación de diversos procesos fisiológicos, entre ellos:
Sistema nervioso central: Memoria, aprendizaje, estado de ánimo, emociones, percepción del dolor, control del movimiento y sueño.
Sistema inmunitario: Inflamación, función de las células inmunitarias y modulación del dolor.
Sistema digestivo: Control del apetito, motilidad intestinal y náuseas.
Aparato reproductor: Fertilidad, embarazo y parto.
Salud ósea: Densidad y remodelación ósea.
Salud de la piel: Cicatrización de heridas e inflamación.
El descubrimiento del ECS ha abierto las puertas al potencial terapéutico de las moléculas cannabinoides. Estas moléculas pueden clasificarse en tres grupos principales:
Endocannabinoides: Como se mencionó anteriormente, estos son producidos naturalmente por el cuerpo.
Fitocannabinoides: Son cannabinoides derivados de la planta de cannabis. Los dos más conocidos son:
Tetrahidrocannabinol (THC): El componente psicoactivo responsable del "subidón" asociado al consumo de cannabis. Interactúa principalmente con los receptores CB1, influyendo en el estado de ánimo, la percepción del dolor y el apetito.
Cannabidiol (CBD): Un cannabinoide no psicoactivo con una amplia gama de beneficios terapéuticos potenciales. Interactúa con varios receptores del organismo, incluidos los CB1 y CB2, y se cree que ejerce sus efectos a través de mecanismos indirectos.
Cannabinoides sintéticos: Estos compuestos artificiales están diseñados para imitar los efectos de los cannabinoides naturales. Pueden ser muy específicos para determinados receptores, lo que ofrece ventajas potenciales para el tratamiento específico de diversas afecciones.
Además de regular numerosas funciones corporales, la investigación ha demostrado su papel potencial en la salud mental. La compleja interacción entre el ECS y el cerebro ha abierto la posibilidad de terapias basadas en cannabinoides para enfermedades como:
- Depresión grave
- Trastorno bipolar
- Trastornos de ansiedad
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Esquizofrenia
Como se ha mencionado anteriormente, las pruebas sugieren un papel esencial del sistema endocannabinoide en la modulación de las capacidades cognitivas, el estado de ánimo, el estrés y el sueño. Los efectos psicoactivos del cannabis se describen como eufóricos, calmantes, ansiolíticos e inductores del sueño y afectan positivamente al estado de ánimo. Varios ensayos clínicos en los que se utilizaron cannabinoides para tratar el cáncer, el VIH, la esclerosis múltiple, la hepatitis C, la enfermedad de Crohn y el dolor neuropático crónico informaron de disminuciones de los síntomas de ansiedad o depresión y presentaron efectos sedantes y ansiolíticos.
Los efectos sobre el estado de ánimo:
Los estudios sugieren que el consumo de cannabis puede tener efectos tanto positivos como negativos en el estado de ánimo.
Efectos positivos:
- Alivio de los síntomas de la depresión y la ansiedad, especialmente en pacientes que no responden bien a los medicamentos tradicionales.
- Puede ser útil para los trastornos del estado de ánimo secundarios a enfermedades crónicas como el VIH.
- Los estudios demuestran que el consumo de cannabis con una proporción equilibrada de THC/CBD es prometedor para reducir la ansiedad y la depresión, en comparación con las variedades en las que predomina el THC.
- El dronabinol (THC sintético) ha demostrado su eficacia como antidepresivo, solo o combinado con otros fármacos.
Efectos negativos:
- En algunos consumidores pueden aparecer paranoia, irritación, disforia y desmotivación.
- Los efectos pueden ser impredecibles y dependen de factores como la actividad del ECS del paciente, la proporción de cannabinoides, los terpenos y la dosis.
- Puede empeorar la depresión o desencadenar su aparición en algunas personas, en particular los adolescentes.
Mecanismos:
- El sistema endocannabinoide (SCE) parece desempeñar un papel en la regulación del estado de ánimo. Una baja actividad endocannabinoide puede estar relacionada con la depresión.
- Los estudios sugieren que la activación de los receptores CB1 con dosis bajas de cannabinoides podría tener efectos antidepresivos, similares a los de los antidepresivos tradicionales.
- Por el contrario, el bloqueo de los receptores CB1 con fármacos como el rimonabant puede provocar trastornos del estado de ánimo y pensamientos suicidas.
Efectos sobre la psicosis y la esquizofrenia
Los estudios apuntan a una conexión entre el THC (el componente psicoactivo del cannabis) y un mayor riesgo de psicosis y esquizofrenia. Sin embargo, es poco probable que el consumo de cannabis provoque directamente estas enfermedades mentales. Las personas con predisposición genética a la esquizofrenia parecen ser más susceptibles a los efectos negativos del THC.
THC frente a CBD:
- El THC tiene un efecto propsicótico, lo que puede empeorar los síntomas de los pacientes con esquizofrenia.
- Por el contrario, el CBD (otro cannabinoide) parece tener propiedades protectoras, reduciendo el riesgo de psicosis inducida por el THC.
- La proporción de THC y CBD en las variedades de cannabis es crucial. Las variedades modernas suelen contener niveles de THC mucho más elevados que las antiguas, lo que puede aumentar el riesgo de psicosis.
Sistema endocannabinoide y esquizofrenia:
- Las investigaciones sugieren que el sistema endocannabinoide (SCE) puede desempeñar un papel tanto en el desarrollo de la esquizofrenia como en las posibles opciones de tratamiento.
El CBD como posible tratamiento:
- Aunque no es un tratamiento definitivo para la esquizofrenia, el CBD resulta prometedor para reducir los síntomas psicóticos causados por el THC y puede ser bien tolerado por los pacientes.
- Los estudios sugieren que el CBD puede ser eficaz en el tratamiento de la esquizofrenia cuando se utiliza junto con los medicamentos antipsicóticos existentes, pero es necesario seguir investigando.
Genética y exposición temprana:
- El consumo de cannabis en la adolescencia, sobre todo en personas con predisposición genética, puede alterar el desarrollo normal del cerebro y aumentar el riesgo de esquizofrenia de aparición precoz.
Biomarcadores y terapias potenciales:
- La investigación explora los patrones de metilación del ADN en el gen que codifica el receptor CB1 como posible biomarcador de la esquizofrenia.
- Estudios en modelos animales muestran que el tratamiento con CBD puede revertir alteraciones específicas en los receptores cerebrales asociados a la esquizofrenia, lo que sugiere su potencial como nuevo medicamento antipsicótico.
El consumo de cannabis para los trastornos del estado de ánimo requiere una consideración cuidadosa. Aunque puede aliviar a algunas personas, el potencial de efectos negativos y respuestas impredecibles requiere orientación y supervisión profesional. Se está investigando sobre antidepresivos basados en cannabinoides, con especial atención al desarrollo de fármacos que minimicen los efectos secundarios psiquiátricos no deseados.