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Tratamiento del insomnio con cannabis medicinal: Lo que hay que saber
Según la Sociedad Europea de Investigación del Sueño, el insomnio afecta a más del 10% de la población europea, lo que lo convierte en uno de los trastornos del sueño más frecuentes. Sin embargo, en comparación con otros problemas del sueño, como los problemas respiratorios durante el sueño o el síndrome de las piernas inquietas, hemos avanzado menos en la lucha contra el insomnio.
Los problemas de sueño son más frecuentes de lo que se cree, ya que afectan a más del 30% de la población general y a más de la mitad de los pacientes que acuden al médico de atención primaria. Sin embargo, sorprendentemente, estos problemas no suelen tratarse en las consultas médicas, lo que hace que muchos pacientes con insomnio se sientan ignorados.
El insomnio no es sólo una molestia menor; es una afección grave que requiere atención. Se ha redefinido como un trastorno independiente que requiere un tratamiento adecuado. Cuando los problemas de sueño empiezan a interferir en la vida diaria, es el momento de una intervención clínica. El insomnio crónico, que dura tres meses o más, puede derivar del insomnio agudo, que inicialmente dura poco tiempo pero puede persistir en algunos individuos.
No es infrecuente que el insomnio agudo se convierta en un problema crónico. Los estudios han demostrado que un porcentaje significativo de personas a las que inicialmente se les diagnostica insomnio de corta duración acaban desarrollando insomnio crónico. Además, investigaciones realizadas en varios países sugieren que casi la mitad de los casos de insomnio pueden volverse persistentes a lo largo de los años, lo que pone de relieve la necesidad de una intervención temprana y de estrategias de gestión adecuadas.
Liberar el poder del cannabis medicinal para el insomnio
Para los pacientes con insomnio crónico, un tratamiento eficaz debe dar prioridad a la mejora de la calidad y la duración del sueño, así como al funcionamiento diurno. En los ensayos clínicos centrados en la investigación del sueño, la eficacia del tratamiento suele evaluarse utilizando parámetros clave del sueño como la eficiencia del sueño, la latencia del sueño, la vigilia tras el inicio del sueño y el tiempo total de sueño.
¿Y ahora cómo podemos relacionar el cannabis medicinal y los problemas de sueño?
La investigación sobre los efectos del cannabis en el sueño comenzó en la década de 1970 e incluyó numerosos estudios en los que se utilizó la polisomnografía para evaluar los patrones de sueño. Estos estudios arrojaron resultados variados: algunos indicaban una reducción del tiempo que se tarda en conciliar el sueño y menos despertares durante la noche, mientras que otros no lograron replicar estos hallazgos. En cambio, algunas investigaciones observaron un aumento del sueño profundo de ondas lentas y una disminución del sueño de movimientos oculares rápidos (MOR).
Los primeros resultados también sugirieron que el cannabis podría ofrecer beneficios a corto plazo para el sueño, sobre todo al reducir el tiempo que se tarda en conciliar el sueño. Sin embargo, el consumo prolongado de cannabis podría conducir a la habituación a sus efectos inductores del sueño y a la potenciación del sueño de ondas lentas. Esta investigación inicial indicó que el consumo prolongado de cannabis podría afectar negativamente al sueño de dos formas principales.
En primer lugar, las personas podrían desarrollar un ciclo de consumo de cannabis para controlar los problemas de sueño, acostumbrándose gradualmente a sus efectos y necesitando mayores cantidades para lograr los resultados deseados, lo que podría conducir a patrones de consumo problemáticos. En segundo lugar, la abstinencia del cannabis puede provocar trastornos del sueño, lo que puede reforzar el consumo continuado y aumentar la probabilidad de recaída.
Altibajos: Comprender los riesgos y beneficios del consumo de cannabis medicinal para el insomnio
Las investigaciones indican que el cannabis puede ser beneficioso para las personas con problemas de sueño asociados al dolor crónico, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el síndrome de las piernas inquietas. Se cree que el cannabis puede favorecer el sueño al reducir los niveles de excitación y aumentar la adenosina, un neurotransmisor conocido por sus propiedades inductoras del sueño. Sin embargo, los efectos relajantes de las distintas variedades de cannabis, como la sativa y la índica, varían en función de factores como la dosis, el momento del consumo y las diferencias individuales.
Aunque se sigue investigando el papel del cannabis como somnífero, es importante tener en cuenta los posibles riesgos, sobre todo en caso de consumo prolongado o frecuente.
Los estudios indican que el consumo prolongado e intenso de cannabis puede tener efectos perjudiciales sobre la calidad del sueño. Los consumidores pueden experimentar una reducción general de la duración del sueño, menos tiempo dedicado al sueño profundo, periodos prolongados para conciliar el sueño inicialmente y despertares más frecuentes a lo largo de la noche. Estos efectos subrayan la importancia de un consumo prudente e informado, sobre todo para quienes consideran el cannabis como una ayuda habitual para dormir.
Más allá de las preocupaciones relacionadas con el sueño, el consumo prolongado de cannabis se ha asociado a varios efectos secundarios relacionados con la salud. Las investigaciones han demostrado que el consumo excesivo de cannabis puede provocar una disminución del volumen de materia gris en el cerebro, lo que podría tener implicaciones para la función cognitiva y la salud cerebral en general. Además, fumar cannabis expone a los consumidores a sustancias potencialmente nocivas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar bronquitis crónica.
Además, dejar de consumir cannabis tras un consumo prolongado puede desencadenar síntomas de abstinencia, como alteraciones en los patrones de sueño. Los consumidores pueden experimentar sueños vívidos e inquietantes, dificultad para conciliar el sueño y una disminución del tiempo de sueño profundo. Estos síntomas de abstinencia enfatizan aún más la necesidad de una cuidadosa consideración y moderación cuando se consume cannabis como ayuda para dormir.
Además, los expertos en salud desaconsejan encarecidamente el consumo de cannabis durante el embarazo o la lactancia debido a los riesgos potenciales para la salud materna y fetal. Los efectos del cannabis en el desarrollo del feto y el impacto a largo plazo en la salud del niño son áreas de investigación en curso, pero las recomendaciones actuales pecan de cautelosas.
En resumen, aunque el cannabis puede aliviar temporalmente los síntomas del insomnio, sobre todo en casos de dolor crónico o TEPT, su consumo a largo plazo puede provocar alteraciones en los patrones de sueño y diversos problemas relacionados con la salud. Las personas que consideren el cannabis como ayuda para dormir deben sopesar los posibles beneficios frente a los riesgos y consultar con un profesional sanitario para obtener orientación personalizada.
De la inhalación a la ingestión: Cómo administrar cannabis medicinal para dormir mejor
Conseguir dormir mejor con cannabis medicinal implica elegir el método de administración adecuado. A continuación, enumeramos las tipologías de administración:
- Inhalación: Ya sea fumando o vaporizando, inhalar cannabis proporciona un alivio rápido, normalmente en cuestión de minutos. La vaporización calienta el cannabis sin quemarlo, reduciendo potencialmente la irritación. Perfecto para los que buscan una relajación instantánea antes de acostarse.
- Sublingual: Para una dosificación precisa y un uso discreto, prueba productos sublinguales como aceites o sprays. Colócalos fácilmente bajo la lengua y en 15-30 minutos notarás los efectos. Es una opción fiable sin necesidad de fumar o vaporizar.
- Aplicación tópica: Aunque no influyen directamente en el sueño, las cremas o lociones con infusión de cannabis pueden aliviar la tensión o las molestias musculares, contribuyendo a un estado más relajado propicio para dormir mejor.
- Administración oral: Los comestibles, las cápsulas o las bebidas ofrecen un efecto más lento y prolongado, que tarda entre 30 minutos y dos horas en hacer efecto. Ideal para quienes buscan un alivio duradero durante toda la noche.
A la hora de elegir tu método de consumo de cannabis, ten en cuenta factores como la hora de inicio, la duración y las preferencias personales. Consultar con un profesional sanitario experto también puede ayudarte a adaptar el consumo de cannabis a tus necesidades específicas de sueño.
La importancia de la selección de cepas y la dosificación
Cuando se trata de tratar el insomnio con cannabis medicinal, seleccionar la variedad y la dosis adecuadas es clave para lograr resultados óptimos. La selección de la cepa implica elegir una variedad de cannabis que contenga cannabinoides y terpenos específicos conocidos por promover la relajación e inducir el sueño. Las variedades con predominancia Indica suelen ser las preferidas por sus efectos calmantes, mientras que las variedades con alto contenido en el cannabinoide cannabidiol (CBD) y el terpeno mirceno también pueden ofrecer propiedades sedantes.
La dosis es otro factor crucial a tener en cuenta. Es importante empezar con una dosis baja y aumentarla gradualmente según sea necesario para evitar posibles efectos adversos. Muchos profesionales de la salud recomiendan un enfoque de "empezar poco a poco", comenzando con una pequeña dosis de THC o CBD y controlando sus resultados sobre la calidad y la duración del sueño.
Las respuestas individuales al cannabis pueden variar mucho, por lo que es esencial trabajar en estrecha colaboración con un profesional sanitario con experiencia en el tratamiento con cannabis medicinal. Puede ayudarte a controlar y seleccionar la cepa y la dosis adecuadas en función de tus necesidades específicas, tu historial médico y tu nivel de tolerancia.
Recuerda que llevar un diario del sueño puede ayudarte a controlar los efectos de las distintas cepas y dosis en tus patrones de sueño. Esta información puede utilizarse para ajustar el plan de tratamiento y obtener mejores resultados.
En resumen, cuando se utiliza cannabis medicinal para tratar el insomnio, la selección cuidadosa de la cepa y la dosificación son esenciales para lograr los efectos terapéuticos deseados al tiempo que se minimizan los riesgos potenciales. Trabajar con un profesional sanitario bien informado y controlar la respuesta al tratamiento puede ayudar a garantizar un enfoque seguro y eficaz del consumo de cannabis para dormir mejor.
¿Afecta el cannabis medicinal a la calidad del sueño?
En efecto, el cannabis puede influir en la calidad del sueño más allá de ayudar a conciliarlo más rápidamente. Se ha demostrado que el consumo a corto plazo de cannabis altera la distribución de las fases del sueño, lo que puede influir en la sensación de frescor al despertar.
En concreto, el cannabis tiende a aumentar el tiempo dedicado a las fases de sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM), que son cruciales para promover la sensación de descanso y rejuvenecimiento. Sin embargo, se ha descubierto que el tetrahidrocannabinol, un compuesto clave del cannabis, disminuye la cantidad de tiempo que se pasa en el sueño de movimientos oculares rápidos (MOR). El sueño REM es importante para varias funciones, como soñar, el procesamiento emocional y la consolidación de la memoria. Aunque la reducción del sueño REM pueda parecer preocupante, en realidad puede tener beneficios para las personas con trastorno de estrés postraumático. Las pesadillas son un síntoma común y angustioso del TEPT, y reducir el sueño REM puede ayudar a aliviar estos síntomas. Las investigaciones han demostrado que los individuos con TEPT que experimentan síntomas más graves y patrones de sueño interrumpidos son más propensos a recurrir al cannabis para aliviarse. Se ha investigado la capacidad de las formas sintéticas de cannabis para reducir o incluso eliminar las pesadillas en pacientes con TEPT, y algunos participantes han informado de mejoras en la calidad general del sueño y de menos flashbacks diurnos.
Sin embargo, es esencial abordar el consumo de cannabis para controlar el sueño con cautela, teniendo en cuenta tanto sus posibles beneficios como sus riesgos. Aunque puede aliviar ciertos problemas relacionados con el sueño, su consumo a largo plazo puede provocar tolerancia, dependencia y otros efectos adversos sobre la calidad del sueño y la salud en general. Como con cualquier medicamento o tratamiento, es fundamental consultar con un profesional sanitario para evaluar las necesidades individuales y los riesgos potenciales antes de añadir el cannabis medicinal a la rutina del sueño.
El papel del THC y el CBD en el ciclo sueño-vigilia
El insomnio, un trastorno del sueño caracterizado por la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido a pesar de tener la oportunidad de hacerlo, afecta a una parte importante de la población adulta, entre un 10% y un 30%. Esta prevalencia tiende a aumentar con la edad y la presencia de otras afecciones de salud. El insomnio puede afectar profundamente al funcionamiento diario, los niveles de energía, la concentración, el estado de ánimo y el bienestar físico general.
Investigaciones recientes han explorado el potencial del cannabis medicinal, conocido por sus propiedades analgésicas, para tratar los trastornos del sueño. Una revisión sistemática de 41 estudios clínicos encontró pruebas prometedoras que apoyan la eficacia del cannabis medicinal para mejorar el sueño como medida de resultado secundaria.
Estos cannabinoides interactúan con el sistema endocannabinoide, compuesto por lípidos neuromoduladores y receptores, como los receptores CB1 y CB2. Estos receptores están distribuidos por todo el cerebro, el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico. Es importante destacar que la expresión y la eficacia del consumo de cannabinoides se regulan de forma rítmica circadiana, observándose una mayor expresión durante la noche. Esto sugiere que el sistema endocannabinoide desempeña un papel en la regulación del ciclo sueño-vigilia, lo que lo convierte en una diana potencial para intervenciones terapéuticas destinadas a mejorar la calidad del sueño.
Se ha descubierto que el THC influye en el ciclo sueño-vigilia en investigaciones preclínicas y clínicas tempranas. Los estudios sugieren que durante la administración de THC, los ritmos circadianos, medidos por la temperatura corporal durante dos semanas, pueden volverse menos pronunciados. Además, el consumo crónico de THC se ha relacionado con el desarrollo de tolerancia a sus efectos inductores del sueño.
En los primeros estudios clínicos con adultos, la administración crónica de 15 mg de THC no afectó significativamente al sueño nocturno. Sin embargo, los participantes informaron de un aumento de la somnolencia y un retraso en el inicio del sueño al día siguiente, junto con cambios en el estado de ánimo y dificultades de memoria.
Por otra parte, el CBD, otro compuesto destacado del cannabis, parece tener efectos opuestos sobre el ciclo sueño-vigilia en función de la dosis. Las dosis bajas de CBD se han asociado con un aumento de la vigilia, mientras que las dosis más altas tienden a tener un efecto sedante. En un estudio en el que participaron personas con insomnio, la administración de 160 mg/día de CBD produjo un aumento del tiempo total de sueño y una reducción de la excitación nocturna. Por el contrario, las dosis bajas de CBD se han relacionado con un aumento de la vigilia.
Estos resultados ponen de relieve la compleja interacción entre los distintos componentes del cannabis y sus efectos sobre la regulación del sueño. Es necesario seguir investigando para comprender plenamente los mecanismos que subyacen a tales efectos y explorar por completo las posibles aplicaciones terapéuticas de los compuestos del cannabis en la gestión del sueño.
Conclusiones y perspectivas
En conclusión, dada la naturaleza diversa de los pacientes con insomnio crónico, las decisiones terapéuticas deben tener en cuenta factores individuales como los síntomas específicos del paciente, sus antecedentes médicos y sus preferencias personales.
El insomnio crónico no es sólo un inconveniente menor: es un problema importante que afecta tanto a los pacientes como a los sistemas sanitarios de toda Europa. El tratamiento inadecuado del insomnio crónico no sólo aumenta la carga de morbilidad, sino que también genera importantes costes sanitarios. A pesar de su impacto, el insomnio crónico suele pasar desapercibido en los sistemas sanitarios europeos. Es hora de cambiar de perspectiva para garantizar que los residentes europeos reciban el nivel de atención que merecen.
El tratamiento actual del insomnio crónico se queda corto, en parte debido a la infrautilización de los medicamentos existentes y a la existencia de lagunas terapéuticas que exigen enfoques y tratamientos innovadores.
Fuentes:
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